日曜日, 2月 01, 0021

LA ABEJA SIGUE SIN MURMURAR


miro asombrado desde ese penetrante hedor a laboratorio de ambientes ansiosos

papeles mojados en la cama de ese preadolescente propio de cada uno

pieles extrañadas de no volver a reconocerse

y sin darse siquiera una oportunidad

como abejas viniendo de fragancias parpadeantes

a pegarse de lleno al tanque de saliva de mi mente

y mi corazón late cual colegiala saltando como las abejas por toda mi piel



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