水曜日, 2月 25, 0021

DEATH NOTE デスノート


Death Note - 06 - Estigma Abierto (3/3) Sub Español


火曜日, 2月 24, 0021

PREGUNTAS DE ESTANCIA

¿me rasco la nariz mientras duermo?
¿vibro en ronquidos grandísimos que penetran
como bombillas de camerino maquilladas?
ruido en linea
duermen mis dedos de los pies en linea
pero que no se vea mi cara
ni las huellas
ni las cicatrizes ni las moraduras
ni éstas sábanas feas como del sur de portugal
como las cortinas bañadas de sol
estriadas por el ruido eléctrico
del tendido de alta tensión
heridas
llagas
yo también tengo una cicatriz que no suda
una joven cicatriz respirando como si fuera vieja
impresiónes que quedan en el ánimo por algún sentimiento pasado
y mojadas en orina como un pantalón
y vacías
y de plástico
como superpuestas
y de plástico

火曜日, 2月 17, 0021

EL GOLPE

labios planchados como billetes azules
labios de satén
carnosos ante la oscuridad jugosos labios
se sientan dos cuerpos fumando con una mano levantada
y la otra sobre un piano de cola que huele a bosque
y dragones de mil colores de la felicidad
sudando
soy lo que veo
escribo cerca de lo que veo
quiero ver lo que soy
(yo soy eso que ve)
sudando
quiero ver lo que soy descalzo y desnudo como las calles de febrero
¿cuándo golpearán las algas
las cabezas
las cerezas
y las lunas
esas olas de jardín y felpudo en el pecho
para decirnos lo qué somos?
¿y si golpearan?
mi mente ha pensado mucho sobre lo que dijiste
y mi silencio
tulipanes de nieve sangre queriendo bullir
una puerta se aburre al birar
gravita levita
asomando desde la taza roca
vigas que cuelgan rasgando el silencio
una pequeña sombra de brazo
¿es negra esa mirada?
juegos en el aire y letras con humo de avioneta experta
a.u.l.l.i.d.o.
de cerca me miras y soy como transparente
te arrimas derecho y sin memoria
de cerca me miras y soy como transparente
azul color luz como la tinta que esconden
mis rodillas
de cerca me miras y soy
como un parque de atracciones
ahora pequeño pero siempre
muy grande

月曜日, 2月 16, 0021

LA MOSCA - CALMA EN EL CAOS

Palabras en compañía

Deberían pesar las palabras, pesar siempre y en el sentido literal del verbo, es decir, resultarnos grávidas, obligarnos a elegirlas y merecer el esfuerzo de buscarlas, de sostenerlas y, quizá, utilizarlas? Algunos pensamos que sí. Por extraordinario que resulte pulsar una tecla o varias en el ordenador, y que esos gestos nimios abran el mundo de los diccionarios que las tecnologías ponen a nuestro alcance, las palabras tienen derecho a una vida secreta -Isabel Coixet les hizo curar pesares- y, sin embargo, tranquila, alineada, solemne, por así decirlo. No quiero imaginar que vocablos como lealtad, melancolía, paradoja, berenjena o magnitud floten en esa cosa extraña y sin límites -pero sometida a la fragilidad del apagón- que convocamos al buscarlas en la Red. Imaginar que vagan en la nada cibernética sin saber dónde ponerse exactamente, apresurándose cuando se las llama, dándose codazos para pasar la una antes que la otra, constituye una pequeña pesadilla de escritor que no puedo evitarme sufrir. Ocurre igual cuando, escribiendo en el ordenador, me vence la pereza y, en vez de acudir al librazo de tapas duras en busca de un sinónimo, le doy a la tecla secundaria del ratón para ver con qué es Microsoft capaz de sorprenderme. Casi siempre termino avergonzada de mí misma, yendo al Casares o a cualquiera de los otros a pedirles perdón. Perdón y palabras.

Pinchándolas, picándolas -como si de tapas de bar se tratara-, pescándolas. Las palabras, que son a la vez guardianas del orden y mensajeras del caos, quizá viven, mientras nos esperan, en una angustia parecida al despilfarro de uno mismo, a la ausencia de metas claras. ¿Les interesaré? Ese ejército de dedos que se precipita hacia el teclado de los respectivos ordenadores ¿experimenta un interés más que funcional por este o aquel término? ¿O es el suyo un simple ejercicio de virtuosismo, en el mejor de los casos, o de pasar trámite, en el peor? Prestas las palabras para denunciar -opresión, ocupación, explotación, bombardeo, víctimas, inocentes, verdugos, colonizadores, terrorismo de Estado, terrorismo ciego, despidos, expedientes de regulación de empleo-, ¿deberán conformarse con elucubraciones como ésta, supuraciones menores que sólo aspiran a tratarlas con un poco de banalidad, un poco de belleza?
Pero ¿por qué no? Ya que ellas resultan tan a menudo consuelo, compañía, repartidoras de bálsamos, cajoncillos con tesoros ocultos, que saltan cuando se oprime un resorte, y compañeras del viaje, ¿por qué no rendirles un espacio como éste, para que se enreden y desenreden como bandadas de mariposas incapaces de controlar la luz? Ah, las palabras amigas.


No crean que no he advertido, en el párrafo anterior, una redundancia. Compañía y compañeras. Mi primer impulso al descubrirla ha sido darle al botón secundario del ratón: disciplinadas, han comparecido asociación, reunión, sociedad, agrupación, conjunto, corporación, entidad y consorcio. Uf, qué plano, qué chato, redundo de nuevo. Pero no era sólo un primer impulso debido a la desidia. No, más bien retrasaba el momento feliz de acercarme al libro en donde las palabras calientan sus nidos, en donde construyen ciudades y países, agrupadas alfabéticamente, en una demostración de grandiosa heterodoxia, pues veamos lo que sucede al buscar "compañía", que como definición es "efecto de acompañar", "persona o personas que acompañan a otra u otras", y que en el capítulo sinónimos remite a la mucho más mullida y amistosa palabra "acompañamiento": una deslumbrante retahíla que incluye espíritu de clase, concomitancia y adhesión.


Mas veamos lo que ocurre, insisto. Y es que no se puede retener su mirada, una no sabe cómo ordenarle a sus ojos que se concentren en la palabra buscada, ah, no, las hurtadillas están en el diccionario para algo, para ser usadas. Y es así, a hurtadillas -aunque hay quien preferiría utilizar "de reojo"- como me fijo en un término que hasta hoy no había conocido. ¡Companaje! Companaje (escrito con g en el diccionario, pero Microsoft -que siempre se escribe a sí mismo con mayúscula- no me lo acepta), para el cual no encuentro sinónimos si le doy al ratón, pero que en el libro, en el diccionario de sinónimos y de ciudades y de países y de avenidas y atajos y callejas, quiere decir: "Companage, lo que se come para acompañar al pan; como queso, fiambres, cebolla, etcétera".
Emocionante, ¿verdad?


MARUJA TORRES
PERDONEN QUE NO ME LEVANTE
El País semanal, 15/02/2009

金曜日, 2月 13, 0021

ESPASMOS

me seco la espalda con mi nombre
me paso mi nombre por las axilas y caen ramas
en mi nombre
se escurren como los días de lágrimas que me saco
me saco lágrimas cerca del roce
resbalando tiras de cuero y piel
y del roce no saco nada
nada más que cielos mojados y almas como personas

土曜日, 2月 07, 0021

YURERU





'Yureru' , de Miwa Nishikawa
"Yureru" es una historia de dos hermanos, Takeshi (Odagiri Jô) y Minoru (Teruyuki Kagawa),que se ven involucrados en la muerte accidental de un amigo de la infancia. La película está dirigida por Miwa Nishikawa, la considerada alumna prodigio del prestigioso director Hirokazu Koreeda.

月曜日, 2月 02, 0021

TEORÍA FILOSÓFICA DE LA INMORTALIDAD FÍSICA: El problema del alma

Si en el multiverso hubiera varios o infinitos 'yo', cabría preguntarse sobre el tema del alma. En toda la historia universal de las religiones se ha convenido que a un cuerpo le corresponde una sola alma. Según esto, ¿habría infinitas almas para el mismo individuo, esto es, un alma (que sería la misma) por persona y universo?, ¿o sería una única alma la que habitaría todos esos cuerpos clónicos en los infinitos universos? En mi opinión no tendría sentido una infinidad de almas iguales para un infinito número del mismo cuerpo. Tal vez deberíamos romper con otro esquema inamovible en la historia de la metafísica y postular que el alma no tiene por qué ubicarse 'dentro' de un (solo) cuerpo. La revolucionaria concepción de una infinidad de yoes del mismo individuo en infinitos universos implica un cambio de paradigma que esté a la altura. Siguiendo con la verosimilitud lógica aplicada hasta ahora a esta temática, solo tendría sentido un alma que diera vida a esa infinidad de yoes desde 'fuera' de sus cuerpos, tal vez proyectándose en todos ellos desde una interdimensionalidad. Esto explicaría, al mismo tiempo, por qué el alma es inmortal. Como que no estaría físicamente en un solo cuerpo, al morir uno o varios de ellos (la misma persona en diferentes univesos) ella (el alma) seguiría viviendo en los otros infinitos cuerpos del mismo individuo. Y viceversa, al existir siempre una persona viva en varios o, inclusive, en muchísimos universos, el alma siempre tendría un cuerpo en el que habitar para su hipotética evolución o experiencia vital. Todo esto implicaría y daría lugar a una tercera idea radicalmente subversiva desde el punto de vista teológico, a saber: que el alma no es superior al cuerpo sino que ambos tienen la misma categoría espiritual, pues los dos (materia y espíritu) son inmortales y ambos se necesitan mutuamente de forma totalmente complementaria, cual Ying-Yang, formando un todo completo, es decir, la persona. Esa superioridad, esa autosuficiencia del alma, que no necesita de un cuerpo hasta que decide encarnarse en uno, porque es ella la que da vida a la materia, y la consiguiente visión negativa del cuerpo que se deriva de ello, concebido, ya desde Platón, como prisión del alma, quedaría superada con esta teoría equitativa sujeta a un tipo de relación simbiótica de necesidad recíproca y grado categorial idéntico.

Supone un esfuerzo mental importante imaginar que cuando muramos en la Tierra realmente no moriremos porque estaremos vivos como mínimo en alguna de otro universo, pero podría ser así. Nuestra sensación vital de existir como una identidad con nombre y apellidos y un bagaje existencial determinado que nos hace tener la idea de quién somos es una sensación que, aunque parezca circunscrita a esta existencia, puede estarlo también a las de otros universos, solo que aquellas otras no podemos experimentarlas por una cuestión de supervivencia.
*AGUSTÍ GUISASOLA, en Athanor, enero/febrero 2009

日曜日, 2月 01, 0021

LA ABEJA SIGUE SIN MURMURAR


miro asombrado desde ese penetrante hedor a laboratorio de ambientes ansiosos

papeles mojados en la cama de ese preadolescente propio de cada uno

pieles extrañadas de no volver a reconocerse

y sin darse siquiera una oportunidad

como abejas viniendo de fragancias parpadeantes

a pegarse de lleno al tanque de saliva de mi mente

y mi corazón late cual colegiala saltando como las abejas por toda mi piel